Guadalajara, Jalisco, 17 de septiembre de 2025. El arte y la paz se encontraron en un mismo escenario durante el 6º Congreso de Cultura de Paz, Conciencia y Acción México A.C., celebrado en el Congreso del Estado de Jalisco. En este marco, el artista plástico, activista y promotor cultural Dr. Enrique Chiu fue distinguido con el galardón “La Paz Hecha a Mano”, un reconocimiento que reafirma su trayectoria como uno de los creadores más comprometidos con la transformación social a través del arte.
El homenaje no solo subraya los más de 25 años de trabajo de Chiu, sino también la trascendencia de proyectos que han marcado a comunidades dentro y fuera de México, como el Mural de la Hermandad y el internacionalmente reconocido Corazón Migrante. Con esta distinción, su legado se entrelaza con la misión de promover la cultura de paz, el respeto a los derechos humanos y la solidaridad hacia quienes más lo necesitan.
Una trayectoria marcada por el arte y la paz
Enrique Chiu ha consolidado su lugar como líder cultural y activista del arte con causa. Su propuesta no se limita a la creación plástica, sino que busca construir espacios de encuentro donde la pintura, los murales y las expresiones colectivas se convierten en herramientas de reconciliación y diálogo.
Uno de sus proyectos más emblemáticos es el Mural de la Hermandad, considerado el movimiento cultural y social más grande del norte de México. En él han participado miles de manos —niños, jóvenes, adultos, migrantes y voluntarios internacionales— para llenar de color la frontera, transformando un muro de separación en un símbolo de esperanza, unión y resistencia comunitaria.
Pero es el proyecto Corazón Migrante el que lo ha llevado a recibir el galardón en Guadalajara. Esta iniciativa, nacida en la frontera, ha trascendido territorios y se ha convertido en un emblema de la cultura de paz. La obra simboliza que, pese a las divisiones geográficas y políticas, la humanidad comparte un mismo latido: el deseo de vivir en dignidad, libertad y solidaridad.
El Congreso: voces y cosmovisiones por la paz
El 6º Congreso de Cultura de Paz reunió a académicos, activistas, autoridades, comunidades indígenas y líderes sociales bajo el lema “Cosmovisión, Justicia y Paz”. Más que un encuentro, fue un espacio de diálogo donde distintas voces compartieron sus perspectivas sobre los desafíos actuales de México y del mundo en torno a la construcción de paz.
Dolores Patricia Alvarado Corona, presidenta de Conciencia y Acción México A.C., inauguró el congreso recordando que México enfrenta problemáticas urgentes como la violencia estructural y las desapariciones forzadas. Subrayó que “la paz se construye en colectivo, no la podemos construir solitas ni solitos”, dejando claro que la suma de esfuerzos es indispensable para avanzar.
Bianca América Enríquez, del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, compartió la visión wixárika sobre la paz: un valor comunitario que se sustenta en la palabra de los abuelos, los acuerdos colectivos y el respeto profundo a la naturaleza.
Luz del Carmen Godínez González, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, advirtió sobre los retrocesos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, e hizo un llamado a reforzar el compromiso social frente a los retos actuales.
Estas voces crearon un marco poderoso para destacar la relevancia de la labor de Enrique Chiu, pues su arte dialoga precisamente con estas ideas: la colectividad, el respeto, la justicia y la esperanza.
Más allá de un galardón: un mensaje de futuro
El premio “La Paz Hecha a Mano” no solo reconoció a Enrique Chiu, sino también a otras iniciativas que reflejan la fuerza transformadora de la cultura y las tradiciones comunitarias:
Cointa Sotomayor Reyna, por el proyecto Clan de Abus Excursionistas de Jalisco, que fomenta el derecho al esparcimiento de mujeres adultas mayores.
Josefina Acosta Rivera, por Bodypaint por la Paz, una propuesta artística que dignifica la vida de mujeres y hombres en la lucha contra el cáncer de mama.
Liliana Pascual Bautista, por su labor en el rescate del rebozo como símbolo de identidad y resistencia cultural.
Epifanía Rosas Antonio, por el proyecto Huipiles de mi pueblo, que impulsa el arte textil indígena y fortalece la economía de las artesanas.
El hecho de que Chiu compartiera escenario con estas iniciativas refuerza un principio central: la paz no se construye desde un solo frente, sino desde la suma de esfuerzos comunitarios, artísticos y sociales.
Enrique Chiu: arte como puente de unión
El reconocimiento otorgado en Guadalajara reafirma a Enrique Chiu como un artista que trasciende el lienzo. Su labor es un recordatorio de que el arte no es únicamente estética, sino una herramienta de transformación y resistencia. A través de sus murales y proyectos, Chiu demuestra que la pintura puede convertirse en un puente entre comunidades y culturas, uniendo corazones más allá de fronteras físicas o ideológicas.
Su mensaje es contundente: la paz no debe entenderse como un ideal inalcanzable, sino como un proceso vivo que requiere de compromiso, diálogo y acción colectiva. Al recibir este galardón, Chiu inspira a artistas, líderes y ciudadanos a reconocer que cada acción —por pequeña que parezca— puede contribuir a un cambio mayor.
El 6º Congreso de Cultura de Paz en Guadalajara no solo rindió homenaje a Enrique Chiu, sino que también reafirmó el papel del arte como motor social. El galardón “La Paz Hecha a Mano” simboliza el reconocimiento a un camino recorrido con constancia, compromiso y creatividad.
Hoy, la figura de Chiu trasciende como un referente cultural y humano que nos recuerda que, incluso en un mundo atravesado por la violencia y la división, siempre habrá espacio para la esperanza, el color y la unión. Su legado confirma que la paz, como el arte, se construye con manos, corazones y sueños compartidos.