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ENRIQUE CHIU

EL ARTE DE CONECTAR CON EL MUNDO

Por Alpha Magazine
En el mundo actual, donde las fronteras entre profesiones se difuminan y la autenticidad se convierte en una poderosa moneda de cambio, surgen figuras que encarnan esa fusión entre talento, estrategia y conexión humana. Uno de esos personajes es, sin duda, Enrique Chiu: artista plástico, activista cultural, gestor, publirrelacionista y, ahora, presidente del Colegio de Publirrelacionistas de Baja California.
Hablar con Enrique es como abrir una puerta a un universo lleno de historias, matices y colores. Su discurso fluye como sus pinceles, cargado de emociones y verdades, pero también con una precisión que revela su experiencia tanto en el lienzo como en la gestión cultural y social.

—Enrique, bienvenido de nuevo a ALPHA. Eres un amigo conocido de casa. ¿Quién es hoy Enrique Chiu?

“Hoy me considero un ciudadano del mundo”, responde con una sonrisa genuina. “Soy un artista mexicano, orgulloso de mis raíces tapatías, pero también alguien que ha aprendido a ver el mundo desde muchas perspectivas. Desde muy joven tuve que abrirme paso trabajando, conectando con personas, aprendiendo de todo y de todos. Esa mezcla me ha formado: soy arte, soy cultura, soy relaciones públicas, soy estrategia, pero, sobre todo, soy un conector.”
Originario de Guadalajara, Jalisco, Chiu creció entre museos, galerías y una vibrante vida de barrio donde el comercio local era escuela y escenario. Desde los 7 u 8 años supo que quería ser artista, inspirado por aquellos pintores que veía en televisión —creadores que viajaban, hablaban de sus obras, conectaban con el mundo. A esa edad, Enrique ya soñaba en grande. Pero también entendió temprano que la vida exige más que pasión: exige decisión, valentía y acción.

“Mi familia me decía que del arte no se vive. Y tenían razón… si no sabes cómo hacerlo negocio, si no te sabes mover, si no estudias, si no te relacionas.”

Así fue como este joven inquieto, que comenzó repartiendo periódicos a los 12 y trabajando en medios a los 16, fue creando su propio camino. Pintaba de noche, vendía de día, gestionaba proyectos, se ofrecía para ayudar en eventos, aprendía de empresarios, escuchaba a artistas y se movía por todos los círculos posibles, no como espectador, sino como protagonista en formación.

—¿Cómo combinas el arte con las relaciones públicas? ¿Cómo te convertiste en publirrelacionista?

“Yo no estudié la carrera, pero la he vivido. Desde siempre me ha gustado relacionarme con personas, contar historias, unir mundos. Eso es lo que hace un publirrelacionista: conectar, visibilizar, posicionar, comunicar con propósito. Empecé organizando exposiciones, luego talleres, después colaboraciones con marcas, universidades, gobiernos, embajadas… Todo eso requiere relaciones públicas, aunque uno no lo nombre así al principio.”

Su visión es clara: muchos artistas no logran destacar no por falta de talento, sino por falta de estrategia. Chiu aprendió que la gestión es tan importante como la creación, que el arte sin conexión se vuelve solitario, y que el éxito no siempre depende del trazo más perfecto, sino de la capacidad de contar una historia que resuene.

“He conocido artistas brillantes que nadie conoce porque no se saben vender. Y también he visto artistas con técnica promedio tener carreras espectaculares porque supieron posicionarse, generar comunidad, tener presencia.”

Ese conocimiento lo ha llevado a escenarios impensables: reconocimientos de la ONU en Estonia, participación en los Premios Nobel de la Paz en Corea del Sur, presentaciones en Dubái, invitaciones a bienales internacionales, entrevistas en medios globales, colaboraciones con gobiernos, universidades y fundaciones en varios continentes.
Pero su mayor orgullo no son los premios. Es lo que logra con ellos.

—¿Cuál ha sido tu propósito con todo esto? ¿Qué hay detrás del éxito?

“Mi propósito es dejar huella. Pero no solo con murales o exposiciones. Quiero transformar vidas, inspirar a otros, abrir caminos para quienes vienen detrás. Por eso me metí también en temas sociales, en educación, en juventud, en comunidad. El arte puede cambiar realidades cuando se usa con conciencia.”

Su proyecto más emblemático es el Mural de la Hermandad, una obra monumental de más de 2 km pintada en la frontera entre México y Estados Unidos, realizada con ayuda de miles de voluntarios de todo el mundo. Un símbolo de paz, inclusión y esperanza que hoy forma parte del imaginario internacional.
Y ese mismo espíritu lo llevó hace cinco años a integrarse al Colegio de Publirrelacionistas de Baja California. “Me invitaron porque veían en mí un publirrelacionista natural. Y desde entonces me involucré activamente. Organizamos congresos, conferencias, actividades de vinculación. Y este año, tras la salida del presidente anterior, me postulé con el respaldo de mis colegas.”
Hoy, como nuevo presidente, Chiu tiene claro su plan: profesionalizar la industria, fomentar la formación de nuevos talentos, y, sobre todo, posicionar las relaciones públicas como una herramienta vital en todos los sectores, no solo en comunicación.

—¿Qué sigue ahora para el Colegio bajo tu liderazgo?

“Estamos trabajando en alianzas con universidades como UABC, CUT, Xochicalco, Durango, y CENYCA para impartir talleres, crear convenios, acercar las relaciones públicas a los jóvenes. Queremos estar presentes en todas las carreras: negocios, diseño, turismo, salud… Todos necesitan saber comunicar, relacionarse, posicionarse.”

“También tenemos un equipo directivo fuerte, con perfiles multidisciplinarios: producción, comunicación, diseño, emprendimiento. Vamos a usar esa diversidad para hacer eventos atractivos, acercarnos al sector empresarial, generar espacios de networking, ofrecer capacitación real y práctica.”

Enrique Chiu representa una nueva versión del hombre moderno: creativo, estratégico, conectado con su entorno, abierto al mundo y dispuesto a construir puentes entre culturas, profesiones y personas. Su historia es testimonio de que los límites solo existen en la mente, y que el arte, cuando se combina con propósito y visión, puede cambiar no solo vidas, sino sociedades enteras.
En un mundo cada vez más superficial, Chiu apuesta por la profundidad. En una época de discursos vacíos, él prefiere los murales que hablan, los proyectos que transforman y las palabras que unen.
Y en esta nueva etapa como presidente del Colegio de Publirrelacionistas, promete seguir pintando caminos, ahora con relaciones, liderazgo y visión. Enrique, felicidades en tu nuevo reconocimiento y por tu portada en ALPHA Magazine.

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